Con el saxofón ha logrado que “el pueblo diera vueltas”.

 

Aurelio, un luchador por mandato de la vida. Con muy poca edad, circunstancias familiares le enseñaron que la vida iba en serio. Así, Aurelio, desde temprana edad, tuvo que empezar a ganarse la vida haciendo canalones artesanales, con su hermano mayor, Nino.

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Con poco más de quince años, Aurelio no solo hacía canalones, también tocaba con sus hermanas en todo tipo de celebraciones, actuaba de proyeccionista en el cine “Clavel” de su tío Alejandro y arreglaba bicicletas.

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Aurelio ha hecho de la música su pasión y su profesión (toca el saxofón alto), y con sus hermanas Rosita y Pepita (acordeón y batería), ha hecho bailar a este pueblo durante años.

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En los días grandes, con la verbena y la pista repleta de parejas, que no cabía una aguja, Aurelio lograba que esa masa se pusiera en movimiento, carente de voluntad propia, realizando un doble movimiento giratorio.

 

Cada pareja giraba sobre si misma (rotación) al mismo tiempo que la masa de parejas se desplazaba bailando alrededor de la farola del centro de la pista hasta completar la vuelta (traslación).

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Aurelio, con su música y el baile, ha proporcionado durante años muchos momentos de diversión y felicidad a sus paisanos. Por ello es merecedor de este modesto homenaje.

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Gracias, Aurelio